En búsqueda de aumentar la capacidad nutricional de la papa, científicos de la Universidad de Castilla – La Mancha en España, crearon una papa fortificada con azafrán.

El mecanismo que utilizaron los investigadores fue introducir dentro de la mata los genes del azafrán, para así producir la síntesis de crocinas y picocrocina. Estos compuestos químicos, propios del azafrán, son los encargados de otorgarle todas las propiedades medicinales a la flor.

El resultado de este experimento fueron papas con 360 microgramos de crocinas y 800 microgramos de pricrocrocina por gramo, pensando en peso seco. Esto significa una mayor capacidad antioxidante del tubérculo.

Según los expertos a cargo de la investigación, esto supone “una señal prometedora de las potenciales ventajas para la salud de estas líneas”. Para llegar a estos resultados fueron necesarios ensayos de bioaccesibilidad de los metabolitos a través de distintas técnicas de cocción, lo cual dio luces de la bioaccesibilidad de los compuestos.  Esto entrega la conclusión de que la papa puede ser una excelente fuente de crocinas y picrocrocina, además que se puede aumentar su valor nutricional.

El motivo de la elección de la patata como objeto de estudio es lo masificado de su consumo alrededor del mundo, y no sólo como producto fresco, si no también como alimento procesado.